José Manuel
Monsanto (“Pepín”)
Intrevista Con el
Traductor
Varios años atrás, encontrándome
de visita en
Yauco, Puerto Rico, recibí una carta de Pepin Monsanto, motivada
por un árticulo
mío que acababa de publicarse en el periódico The
Peacemakers. A partir de aquella carta, y como me pareció que
compartíamos una
misma opinión respecto a la independencia de Puerto Rico, Pepin
y yo
continuamos escribiéndonos. En dos ocasiones, mi esposo Abe le
ha
visitado en la Institución Correccional de Glades, donde
él se
encuentra actualmente recluido.
La admiración de nosotros por Pepin ha crecido
al punto de
llevar una relación como entre padres e hijo.
Aunque Pepin, técnicamente, no es un prisionero
político,
considero que su arresto y excesivo encarcelamiento es parte del
hostigamiento
que acostumbran aplicar a los independentistas. Por lo tanto, incluyo
su voz
como un fuerte reclamo por la independencia de Puerto Rico.
Jean Zwickel: Pepin, cuéntanos brevemente
sobre las
circunstancias bajo las cuales te encuentras encarcelado.
Pepin: Es difícil resumirlas brevemente. Mas
puedo comenzar
informándole que para el 1973, me encontraba bajo
persecución
policiaca. Llegó a mis oídos que el "Escuadrón de
la
Muerte" había aceptado una oferta para darme muerte, por unos
$50,000. Gracias a Dios que yo tuve tiempo de escapar a la Ciudad de
Nueva
York, de donde luego viajé a la Florida.
Desgraciadamente, yo estaba haciendo negocios con un Cubano
que trabajaba
para las mismas gentes de la policía que buscaban mi muerte, y
no les fue
difícil por medio de éste, fabricarme un caso de
asesinato [de un
joyero] acá en la Florida, por el cual me encuentro aún
preso,
tras haberme librado de la sentencia de muerte en la silla
eléctrica que
originalmente recibiera. Actualmente estoy trabajando en la
preparación
de mi apelación a fin de poder obtener una oportunidad de probar
mi
inocencia y recuperar mi libertad física.
J.Z.: ¿Qué tienpo has servido ya en
prisión y cuáles
son las posibilidades de que seas puesto en libertad?
Pepin: Fui arrestado en septiembre 17 del 1975, dos
meses y medio
después de haber llegado a la Florida. Mi sentencia actual es de
cadena
perpetua, con una provisión de 25 años mandatorios, que
significa
que el parol no se me puede dar hasta haber cumplido 25 años de
la
sentencia. Me faltarían 10 años más, sin embargo,
confío
que mi apelación me permita salir en dos o tres años a lo
sumo.
J.Z.: ¿Cuales han sido tus actividades
principales en la prisión?
Pepin: Primero que nada, enseñarme a mí
mismo el
idioma inglés para poder dejarme oír dentro de este
sistema.
Luego, Sonia, la madre de mi hijo menor, me consiguió
un curso de
leyes por correspondencia del Instituto Didáctico de Derecho, en
México
y comencé a aprender de derecho a fin de litigar mi propio caso
ya que
por lo complicado de mis casos, ningún abogado les quiere meter
mano.
Otra de mis actividades principales ha sido la
dedicación a mi
crecimiento espiritual. He tomado cursos de diversas religiones,
orientales y
occidentales. También he estudiado metafísica,
parasicología,
filosofía, sociología, y psicología. He obtenido
muchísimos
certificados, entre los que se incluyen uno de Educador Bíblico
y un
Doctorado Honorífico en Divinidades. Aún continúo
estudiando con el Seminario de la Convención Bautista del Sur y
el
Colegio Bíblico Moody. También estudié
meditación y
espiritualismo. El logro mayor de mis estudios lo atribuyo a mi
iniciación
en el San Mat (la senda de los Maestros), la ciencia espiritual que
conlleva a
la unificación del ser interno con el Ser Supremo o Espiritu
Universal
(Dios).
La actividad que más ocupa de mi tiempo en la
actualidad, es la de
ayudar a otros prisioneros con sus problemas legales. En aquel
entonces,
incluso quise organizar a los sentenciados a muerte creando el
"Proyecto de
Presos de la Galera de la Muerte" (Death Row Inmates Project), con el
fin
de educar tanto a los presos como a la sociedad respecto a posibles
alternativas
a la pena de muerte. Tal proyecto fue catalogado como contraproductivo
a los
propósitos del sistema penal. Al fin sólo conseguí
ganarme
la represión y la persecución de las autoridades penales.
Unas
peticiones pidiéndole al President Carter la abolición de
la pena
de muerte, fueron destruidas a su arribo y no se me permitió la
distribución de las mismas.
J.Z.: ¿Cuál ha sido tu desarrollo
espiritual en la prisión?
Pepin: Aparte de lo ya indicado, mi desarrollo
espiritual ha
consistido en una percepción clara de Poder Creativo Original, o
lo que
llamamos Dios. Ya no me veo más como una marioneta creada y
manipulada
por Dios según su incuestionable voluntad, sino que me reconozco
como una
emanación de ese mismo Dios, como un fragmento de la Divinidad
misma de
la que todo ha emanado. Soy tan parte del cielo como lo soy de la
tierra, del
aire, las aguas, los animales, las plantas y las rocas. Reconozco mi
lugar en
el Plan Cósmico, como reconozco el de todos los otros seres y
especies
que poblan este planeta Tierra. Todos jugamos un papel, todos
respondemos a un
definido propósito y todos somos necesarios.
J.Z.: ¿Qué te llevó a ofrecerte
para la traducción
de mi libro?
Pepin: Yo creo que fui motivado espiritualmente a
hacerlo. A partir
de unas revelaciones que tuve en Puerto Rico, fui convencido de que en
mi
destino existe una obra política-espiritual que debo ejecutar en
mi
islita. Desde entonces estoy convencido de que fuerzas espirituales han
estado
moviendo los hilos de mi vida para ayudarme a cumplir con tal
misión. A
ello yo atribuyo nuestro encuentro y las otras casualidades afines de
nuestras
vidas, como lo son la iniciación dentro de la misma línea
de
filosofía espiritual y nuestra posición en favor de la
independencia de Puerto Rico. Al leer su libro, algo dentro de
mí me
dijo que el puertorriqueño necesitaba leerlo en español.
No lo
pensé dos veces y me ofrecí para traducirlo.
J.Z.: ¿Cómo te envolviste por primera
vez en el
movimiento pro independencia?
Pepin: La corrupción y la indiferencia de
nuestros líderes
políticos a las necesidades básicas de las masas, me
convencieron
de la necesidad de un cambio político. El caos yo lo
atribuía a
la influencia corruptiva que el gobierno norteamericano dejaba sentir
sobre mi
tierra. Washington siempre ha manipulado las elecciones en Puerto Rico
desde su
invasión en el 1898 hasta el presente. Por ello los gobernantes
suben y
bajan y el pueblo sigue en la misma creciente miseria y descuido, pues
los que
se sientan en la oficina ejecutiva ya han sido commprados de antemano
para
defender los intereses de los EEUU por encima de todo. La miseria, el
hambre y
la ignorancia sirven esos intereses creados, ya que el pueblo
mísero
hambriento e ignorante, es como un perrito faldero que sigue siempre
fiel a su
amo aunque sólo le tire los huesos que sobran en su mesa.
Entre los factores que me llevaron a envolverme en el
movimiento pro
independencia era mi miserable niñez, la pobreza extrema en que
vivía
mi familia, pese a que mi padre trabajaba como un esclavo los siete
días
de la semana. El hambre con que tenía que lidiar diariamente,
muchas
veces matándola con frutas descompuestas obtenidas de los
depósitos
de basura de los comercios que pasaba en mi ruta hacia la escuela. Todo
ello me
hizo comprender desde muy chico que algo andaba mal en el manejo de
nuestra
estructura gubernamental, que la liberación del dominio
norteamericano
era la única solución a nuestros problemas.
Así me fui creando una consciencia pro-independencia
y me fui uniendo
a los movimientos pro-independencia de la isla, aunque con cierto
recelo, ya que
no percibí en ninguno de ellos un programa de trabajo realista
que
conllevara a un cambio verdaderamente progresista.
Un padrino mío me introdujo al Partido
Independentista Puertorriqueño
habiéndome ya introducido al licienado Jorge Luis Landing. Por
éste
conocí al Dr. Gilberto Concepción de Gracia, a Francisco
Colón
Gordiani y a Rubén Berríos Martínez. Mi padrino
era
nacionalista y contábame sobre su participación en el
ataque al
capitolio. La violencia de nuestros héroes nacionalistas no me
llamaban
la atención a mí ya que consideraba que ello sólo
ayudaba a
los EEUU a meterle más miedo al pueblo en lo que respecta a la
independencia. Siempre he creído que el voto del pueblo debe ser
el único
poder que convierta a Puerto Rico en un pueblo libre y soberano, para
que
siempre exista la paz y la unidad necesarias a fin de podernos fraguar
un futuro
sólido y un progreso siempre creciente.
Yo fui presidente del comité del PIP en el barrio
Tras Talleres. A
la muerte del Dr. Concepción de Gracia, ocurrieron cambios muy
desagradables en el PIP. Berríos tomó la dirección
del
mismo sin darnos la oportunidad a los líderes de San Juan de
votar por la
nueve directiva. Muchos decidimos retirarnos. Landing nos
exhortó a
reconsiderar por el bienestar de la causa pro independencia, mas los
ofendidos
no concebíamos un movimiento de liberación en el cual sus
miembros
carezcan de libertad para elegir sus líderes. Definitivamente
decidimos
que nuestra lucha debía continuar separada del PIP y convencimos
a
Landing para que aceptara la dirección de un nuevo partido.
Así
fundamos el Partido Auténtico Soberanista, cuyo programa de
trabajo sí
ofrecía una línea más progresista para el futuro
de la
isla.
El PAS no logró sobrevivir su primera
participación electoral
y la escasez de fondos nos hizo desistir de seguir adelante con el
partido. Muchos volvieron a las filas del PIP y este se hizo más
sólido. Hoy día ya el PIP tiene su representación
en la legislatura y el
Senado de Puerto Rico y tal parece que sus líderes no aspiran a
nada más. Las propias palabras del Senador Rubén
Berríos Martínez, máximo
líder del PIP "Sólo esperamos que la independencia se
logre
antes de que la desintegración social lleve al país al
caos"
tienen un matiz sombrío de pesimismo conformista. Suenan como el
sentir
de alguien que ya ha podido obtener su buena tajada del barril de
tocino y lo
demás no le importa tanto ahora. Yo creo personalmente que su
actitud
ante el programado plebiscito habrá de dejarnos saber
definitivamente si
sus ideales no están bajo el control del "Establecimento".
Yo por mi parte sólo le ruego a Dios que me permita
volver a mi
tierra antes del plebiscito para hacer cuanto esté a mi alcance
a fin de
que el pueblo no sea burlado una vez más y por su voto libre
deje saber
si definitivamente desea ser libre o ser uno más de los Estados
Unidos de
América.
J.Z.: Pepin, ¿que posibilidades tú ves
de que Puerto
Rico pueda lograr su independencia algún día?
Pepin: Yo estoy convencido de que he de vivir para
ver mi tierra
dirigida por un gobierno propio. El siglo XXI va a escribir nuevas
páginas
en la historia política, no sólo de Puerto Rico, sino
también
en el mundo entero. Escándalos [políticos] han
desprestigiado la
nación americana ante la opinión mundial. Internamente,
la
discriminación y la corrupción han traído el
descontento de
las masas.
Los Estados Unidos necesita con urgencia un cambio radical
en su filosofía
política, tanto local como internacional. Ya no existe [en
Puerto Rico]
el derecho a la privacidad. La policía puede entrar en nuestros
hogares
a su voluntud y disparar contra nosotros a su antojo, ya que para todo
existe un
tecnicismo legal que justifica tal acciones.
Ahora que el comunismo mundial ha recibido su estocada final
con la
tendencia hacia un nuevo sistema democrático en la Unión
Soviética,
la apertura del muro de Berlín y la posible unificación
de las dos
Alemanias, ya el viejo mito de que Puerto Rico libre de los EEUU
sería
una víctima del comunismo, no va a atemorizar más a
nuestro
pueblo. Esos cambios mundiales además serán un presagio
para los
Estados Unidos de que ellos también tienen que cambiar su
actitud, y de
que les conviene más para el beneficio de su orgullo nacional
que
comiencen a fomentar esos cambios voluntariamente antes de que sean
forzados a
ello, lo que conllevaría a un desprestigio global, el cual esta
nación
arrogante y altiva no puede darse el lujo de permitir.
Ya los Estados Unidos abandonaba su apoyo a las
tiranías del Sha, los
Somozas, los Duvalier y otras más, así mismo pronto se
verán
motivados a deponer de su dominio colonial y la primera de sus colonias
en verse
libre lo será la isla de Puerto Rico.
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